Vísperas de un nuevo año.
Pensé en el ayer y me dio por escribir.
El tiempo
corre como la sangre entre nuestros dedos, de un corazón que arde en las llamas
del sufrimiento. Como cuando una pena te agobia y sabes que el tiempo pasa,
pero no te enteras cuánto.
Es increíble el paso de los años a nuestras
espaldas; como esconden esos secretos, esos momentos que solo nosotros
conocemos. Los recuerdos nos maravillan; la familia, los amigos, los días de
descanso, el dolor y el amor; todo en recuerdos. Aquellas imágenes en nuestras
mentes, que aún rondan en lo mas profundo, y deseamos se hagan realidad. Es
increíble que apenas ayer, en un sueño, te conocí. Y hoy despierto sin
conocerte.
La maravilla de los años que quedan a nuestras espaldas,
y que nos enseñan de la vida. Todo cambia constantemente. Y aprendemos de lo
bueno y de lo malo.
Eres una gran amiga. Y miro al cielo en honor a tu
recuerdo. Le agradezco a la luna por todas esas noches a tu lado. Y al creador
de los cielos, por bendecir mi vida con la tuya. Pero los agradecimientos
siguen. Crecen cada día más. Gracias, por ejemplo, a tus besos; por despertarme
en las mañanas y desearme buenas noches. Gracias a tus abrazos, por que con
ellos me sentí como un niño pequeño. Gracias y mil gracias a tu sonrisa, por
alegrarme día a día. Gracias a tu sinceridad, a tu carisma, tu interés y
preocupación; gracias a tu comprensión y complicidad, porque todo ello te
complementa. Eres una gran amiga
El cielo no para. Son días y noches que continúan en
esta infinidad tan maravillosa. Y aunque no te conozco, sé y lo siento con el
corazón, que deseo lo mejor para tus días; para tus noches. Para todo lo que
hagas en tu vida. Cada víspera de un nuevo año es el renacer de cada quien. La
oportunidad de empezar de nuevo, y de corregir los errores. De hacer mejor las
cosas y de cumplir, con lo que tal vez, antes no.
Las personas en mis sueños me comentan cosas al oído.
Se dice de mí, que no soy el de antes. En parte, tal vez sea cierto. Pero sigo
siendo aquel joven palomino, con corazón frágil, que se enamora de los
escritos. Y de las personas en ellos. Tal vez la diferencia no es que ya no
escriba como antes. Si no, que, por el paso de los años, el cambio de los
vientos, ya no me lees como alguna vez. Sigo siendo aquel que dejo todo por su
persona favorita. Ahora un poco mas oxidado.
Lo he dejado muy en claro: sabes lo que siento, sabes
lo que pienso, y sabes que deseo lo mejor para ti.
No mires hacia atrás niña; que estas palabras esconden
otro escrito entre el segundero y los años.
Feliz año nuevo para ti.
Comentarios
Publicar un comentario
Me gustaría saber tu opinión.
Deja tus comentarios o dudas aquí
¡Hablemos sobre escritura!