Una verdad irrefutable.

Esta es una confesión, no menos importante que la realidad. Cambio de escrito. Tapo las letras de antes con unas nuevas y cambio de vida sin abandonar el mismo hogar, las mismas costumbres, el mismo sol, la misma luna y las mismas personas a mi alrededor.
Ahora un poco más liviano en la vida, aunque con el peso del error. Estas no son letras que dicen exactamente lo que es, como un cuadro en el que nos pintaron la habana, sino letras por descubrir. Escritos que valen la pena pensar, reflexionar y sentir.
¿Por qué es una verdad? ¿Por qué es irrefutable? ¿Por qué es una confesión no menos importante que la realidad?
Bueno… he sido la persona más
egocéntrica del mundo. Y por el tesoro de los hechos y la experiencia, quiero agradecerle a Él, por ti.
Que no se en que momento ocurrió lo ocurrido y sentiste lo vivido. No sé en qué momento perdí la razón. No sé en qué momento estos seres errantes me cegaron, conduciéndome por un acantilado en llamas.
Aun no comprendo muchas cosas; como por ejemplo, porque lo planeo de esta forma. Él siempre lo supo. Siempre lo advirtió. Pudo evitar todo esto. Quizá quería, así, llamar mi atención. Por tu amor. Porque te ama. Y sabía exactamente que yo era difícil y casi imposible. Que estuve a punto de hacer mil cosas y que eran miles detrás de mí, encargándose del acantilado. Él me lo confeso.
Ahora confieso que queriendo ser lógico perdí la razón.
Confieso que el cambio es inminente. Rotundo. Importante.
Él sabe lo maravilloso que es estar contigo y sabe también lo que siento por ti. No sé porque tenía que tocar fondo. Pero tal vez era la única forma de hacerme ver.
Tenerte conmigo, mi niña, es lo más hermoso de esta vida; y Él lo sabe también. Él no se pone celoso y ahora yo tampoco por él. Eres de ambos. Eres genial. Eres única.
Sé una verdad irrefutable.

Y es que no sé qué haría yo sin ti, y tu sin Él. 

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