Guerra mental

Desvarío
Guerra mental                                                               

Mil años sin escribir y millones de sueños por expresar. Sueños que corren de un lado a otro, como partículas de agua chocando entre ellas, tratando afanosamente de salir de su forma tangente para alcanzar la completa libertad de la evaporación. Resultados de noches pasivas y días agitados. Resultados de noches agitadas y
días pasivos.
Cuando un ave se convierte en fuego, el sueño pierde coherencia y la amalgama de la tierra explota desde su centro, significa felicidad. Después de que la tierra explote, la imagen se convierta en una encrucijada entre la vida y la muerte, y en el momento exacto la volátiles del subconsciente nos pone seguros y en casa; cuando la realidad roza la coyuntura del cerebro enfermizo y degenerado; cuando la sagrada religión es dictada en un amplio teatro; cuando la despiadada fantasía te cumple los deseos hasta la especulación propia y te encuentras en la cima del mundo; cuando muere un ser querido a quien nunca conociste; cuando justo antes de despertar tocas ese instrumento con amor y destreza como nunca antes; cuando el día es noche y la noche día; cuando la acrobacia es el punto fuerte; cuando la humanidad entera se ama; cuando la reencarnación supera la muerte; cuando el papa rocía oro en lugar de agua y predica sabiduría en lugar de miedo; cuando los colores pierden su brillo; cuando sientes que arde tu cuerpo o mente o alma; en ese momento exacto en el que mamá te aborta o papá se va de la casa; en esas noches calurosas; en esas lagunas rosas de tentación y malicia, y el desorden, y la desfachatez,  todo, absolutamente, es felicidad.

¿Y que es felicidad sin momentos de guerra mental?
¿Qué son guerras mentales sin felicidad?
¿Qué son un par de mentes felices sin guerra emocional?
¿Qué son de las emociones sin ese mismo par de mentes buscando la felicidad total?
¿Qué sería de la totalidad de la vida si mil millones de mentes no se preocuparan por alcanzar el bien emocional de sus parejas, que en algún momento oportuno o inoportuno de la vida encontraron en el camino, y consciente o inconscientemente amaron sin razón alguna?
Un montón de descarrilados hormonales que surgen de faenas sin sentido y llenos de obligaciones por querer sobrevivir. Poesía  que se perdería entre letras de aficionados baratos, intentando mitigar sus torsos vacíos, tratando de que el mundo, el descarrilado mundo, sepa lo que llevan entre venas. Inexistencia pura; eso seriamos.

Repito, y esta vez puntualmente:
¿Qué seriamos sin amor?


¿Qué seria sin ti, amor? 

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